viernes, 10 de abril de 2009

Y el dolor otra vez no para de crecer...

Las palabras fueron muy pocas, y las miradas escasas. No supe conservar ese momento, se me esfumó con el viento, junto contigo.
Tus ojos en los míos aún permanecen, tu presencia no ha abandonado este lugar. Mis manos en tu alma no dejan de escarbar, mis pies en tu rastro no han dejado de caminar, mis labios a tu sombra no han dejado de besar...

Pero todo se fue el segundo después. No puedo afirmar una realidad que no existió. La llamada siguiente que jamás realizó. El saludo que nunca se oyó. Tu alma y mi alma aparentemente tan lejos de sí.

Nos hemos ido quizás para nunca volver.

1 comentario:

MapER dijo...

El porcentaje necesario de sufrimiento y depresion que puedo soportar, me gusto!

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